martes, 29 de enero de 2013

No se puede describir algo que no se siente, o que se siente tanto que ni siquiera la rosa más linda, la prosa más poética, la canción mejor cantada o el beso más romántico se acercaría a la descripción del sentimiento.
Frases clichés, chocolates en forma de corazón, imágenes, películas y una lista interminable de formas de querer describir el amor que son erróneas. Porque cuando es amor de verdad, duele como el carajo, lloras un mar y las peleas te rompen hasta dejarte de rodillas en el suelo.
Pero eso que duele te fortalece, eso que lloras lo nadas para llegar con esa persona, eso que te deja de rodillas en el suelo es lo que después te levanta y te deja fuera de órbita.
Amor sin dolor sería como una obra de Shakespeare sin muertes.
Amor sin lágrimas sería como un libro sin letras.
Amor sin celos sería como una televisión sin conexión a la corriente.
Amor sin ti no sería ni una palabra.
Porque lo que yo siento por ti es más todo eso. Tú significas más para mí que lo que una biblioteca antigua a un lector, lo que un pincel a un pintor, lo que una madre para un bebé. Eres más que eso. Eres algo para mí por lo que las palabras se pelean por describir aunque jamás lo lograrán.
Ése sentimiento por ti sería mi gasolina si fuera coche.
Te amo. Te amo sin estereotipos. Te amo sin intención de lastimarte. Te amo con el hipotálamo. Te amo con cada maldita parte de mí.
Porque el amor sin ti, para mí no serían ni letras.

Perdona a éste escritor en proceso que sólo encuentra el valor detrás de estas letras que terminan siendo inútiles para describir con exactitud lo que significas para mí.