sábado, 19 de octubre de 2013

Sentí el poder de mis pies, la adrenalina en mis lágrimas. Sentí a penas las veces en que los coches mojaron mi ya mojada alma, como las veces en las que por la espalda me traicionaron. El dolor en mi pecho y la frase "sólo sigue nadando y reza por encontrar la luz" que los griegos pescadores a pulmón decían cuando atravesaban largos túneles submarinos esperando encontrar la salida que les dejaría respirar de nuevo, sólo seguí nadando entre sombras y luces, entre rostros anónimos y sombrillas negras. ¿Y la luz?

Tantas veces que uno cae, uno se termina volviendo amigo del suelo. Tantos golpes que uno recibe, que ya no siente otro más. Pero uno sigue nadando... ¿Y la luz?

Caminé con el orgullo de no sentir cansancio. Caminé con la adrenalina del dolor que te impulsa a hacer cualquier cosa que termina en nada. Caminé viendo mis pasos y mis mojadas botas, sintiendo la obscuridad y oliendo mi tristeza... ¿Y la luz?

Es 18 otra vez. 18 sin él.
"No me dejes sola" fue lo único que le pude decir a mi madre y supe que sería la única cuyo "no lo haré, aquí estoy" era en serio. 
Estar en una relación no significa dejar de ser humanos, dejar de ser individuos independientes.

domingo, 18 de agosto de 2013

Mi madre llora y la lágrimas pasan por la bocina, me mojan en su agonía mientras mil alfileres atraviesan mi garganta y lo que hay entre mis uñas y mis dedos. 
Mi madre llora y las luces se apagan, las flores se marchitan y tú te ausentas. 
Es como cuando desprendes el seco resistol de tus mano con la contraria y sientes el desprender de las cosas, así siento cómo se me está escapando la vida en las noches de insomnio. Noches de verano. 
Mi madre llora y las demás cosas carecen de sentido, mi madre llora y mi impotencia me mea en la cara con su cara de burla. 

sábado, 10 de agosto de 2013

Y tal vez las flores se cansen de tener olor y los ojos de llorar y yo de fallar. 
Tal vez es espejo también se canse de reflejarte a ti, el cielo de ser tu norte y la almohada de ser tu amiga. 
Tal vez la luna se canse de recibir más lágrimas que besos, los focos de brillar y yo de fallar. 
Pero tal vez sólo algunas cosas son como son y tienen que hacer lo que tienen que hacer. 
Y tal vez yo sólo tengo que fallarle a todas las personas para que al final les sirva de algo y que sea para que sean más fuertes y no crean en las personas; y las sombras de seguirte y la lluvia de caer. 

martes, 30 de julio de 2013

Yo una vez lloré que "sí, por favor".

Yo una vez lloré. "Entonces tendré que estar detrás de ti en los estudios y de la mesa no te levantarás hasta que la tarea echa esté", amenazó. Una vez lloré que "sí, por favor".
 La maestra de mis dos hermanos se enteró, que los cuidaba lamentó. 
Ella gritó y se enfadó. "Mentira. Ésa no es la razón por la cual no entrega tareas. Nunca has sido responsable y tal vez nunca lo seas" y su reflexión llenó el aire de decepción. 
Yo una vez lloré que "sí, por favor", las lágrimas sabían a sal de éxito. 
La mentira, la credibilidad con la que mi palabras salieron... Si no fuera responsable - pensaba yo - no hubiera sido capaz de planearlo todo también.
Yo una vez lloré que "sí, por favor", pero la mentira y consecuencia jamás pasó de palabras. Después ya no lloré y la atención de ella jamás obtuve, con un "de mí constará que estudiarás" ella se creyó e irresponsable me quedé yo.

martes, 2 de julio de 2013

La noche.


Anoche me encontré una bellota verde llena de meados recuerdos de aquella tarde en la que tuvimos que interrumpir el coito entre el estilista de aquella estética con su reflejo en el espejo porque mi vejiga estaba por explotar así como mis ganas de darte otro beso. Aquella verde bellota que vio renacer el amor entre saliva y mal aliento. La encontré en el rincón de tus recuerdos en revolución con mis sentimientos, la vi en la noche de la soledad que llega cada mes como las hormonas pasajeras del ayer, del ayer pues no me han visitado aún; y yo, con el miedo de estar siendo el medio de transporte y comida del sudor de aquella soleada tarde de gritos, intento no sumergirme en el vacío existencial que hay entre mi barranco de depresión y tus besos alegres llenos de novelas perfectas y obsesivas. Aquella noche no permití que mi viejo amigo de las fantasías me llevase con él, en cambio, me quedé viendo el estrellado negro cielo de mi blanco techo con textura como de disco de Joy Division hasta que empecé a ver señoritas de la noche ante mis ojos con sus coloridos vestidos danzando en aquél cielo que sólo los poetas con insomnio logran ver, aquellas criaturas que inofensivamente danzaban para mí seduciéndome de pronto se me quedaron viendo, ya no bailaban entre alcohol y drogas, me penetraron el iris con culpas del pasado, con recuerdos y demás armas letales, entre ellas, la más peligrosa: la del futuro. Aquella noche sólo logré taladrar mi cerebro con esquizofrénicas ideas, hasta que logré ver con claridad el globo azul de mi cabeza porque logré reventarle con la aguja del tiempo. Se esfumó aquél inútil globo y me dejé abrumar entre las sombras de tu amor, sólo vi el interior de mis párpados, sentí el olor de mis sudorosas sábanas y me dejé abrumar. Me dejé llevar. El viejo amigo que visita a mis hermanos y de vez en cuando a mí jamás llegó de nuevo, al parecer mi previo rechazo le hizo bolas el papel de la paciencia, como una tarea en una tarde de Enero. Antes de que me pudiese dar cuenta, el sol ya estaba tocándome lentamente las desnudas y lechosas piernas entre las rejillas de mi imaginación… Había amanecido y tu recuerdo se fue con la verde bellota del ayer.

sábado, 29 de junio de 2013

Me viste a los ojos y suspiraste "te extrañé tanto"...

Te vi. ¡Te pude ver de nuevo! Después del tiempo y la distancia.... Y corrimos los dos con lágrimas en los ojos, nos abrazamos tan fuerte que pude sentir tu alma conectándose de nuevo con la mía. 
El mundo se detuvo. Todo estaba en silencio y entonces te vi a los ojos con una mirada tan profunda que creo que pude ver lo que tú veías a través de ti. Fue cuando posaste tu áspera mano en mi sudoroso cuello por la emoción, me viste a los ojos y suspiraste "te extrañé tanto" y mis ojos pasaron de desierto a océano en segundos, mis mejillas eran como grandes ríos; el mundo se volvió a parar y entonces brillo salió de nosotros, tomaste más fuerte mi cuello con tus dos manos y tu cara se fue acercando a la mía con la mirada en mis rosas labios... Te acercaste y más y más y más y de pronto desperté y caí en la cuenta de que sólo estaba soñando. Me limpié las lágrimas, me tapé con las cobijas y me volteé con la intención de ya no soñar más. 

La verdad es que también...

Y la verdad es que también río. La verdad es que no soy tan gorda como hago creer, la verdad es que sí tengo amigos, pero siempre me siento muy sola debajo de las cobijas en mi cama en las tardes del Domingo; la verdad es que también suelo salir en las tardes a plazear, también convivo con mi papá y creo que también lo quiero. La verdad es que también veo la televisión, la verdad también me río de cualquier cosa si estoy con alguien que me de confianza; la verdad es que no sólo soy la coraza de afuera de la que los demás huyen al verla. Soy más que eso, soy un mundo de color y emoción como cualquier otro adolescente, la diferencia es que yo he vivido cosas que a cualquiera que las haya vivido los marcaría. 


La verdad es que también amo cuando soy cursi y veo sus ojos brillando de la emoción, la verdad es que a veces me gusta recordarle a las personas lo que valen para mí porque siento que en cualquier momento se esfumarán en el aire. 
La verdad es que también soy otro humano insignificante como de los que tanto me quejo. 

martes, 14 de mayo de 2013

El porqué de Pao.

Paola Danaé Ruiz Carrasco.

18, 10, 12. Números, fechas, desgracia. Una librería, un viernes, un chirrido de llantas. Todo lo que recuerdo después pasa en enfoques desenfocados, con música muda en el fondo; como en una película. Me veo a mí misma corriendo en la calle para llegar a él; a él, tirado en el suelo de la irresponsabilidad con la colorada decorando su ya débil cuerpo cual obra de Tarantino. Ella en lágrimas y desesperación. La gente empezaba a congregarse alrededor de él.
Después recuerdo haber hecho llamadas telefónicas mientras su voz emitía sonidos, quejidos. Llegó la policía, la ambulancia, la gente. Más gente. Una llamada a su mamá, a la mamá de ella y a la mía. “Alan, no te vayas”, “¡Alan, no me dejes!”, repetía mientras rebotaba en la parte de atrás de la ambulancia. Ahí fue cuando recordé 1998, México D.F., 6 de Febrero. Llantos, gritos, horas de parto y un quirófano. Cordón umbilical enredado y un sano crecimiento de 9 meses. 9 meses para las milésimas de segundo en que mis pulmones se llenaron de aire al empezar a llorar.
Y ahora, sin 9 meses de dolores, sin un quirófano, las lágrimas no salían, ahí estaban pero no salían, parecía que acechaban el momento perfecto para derrumbarme.
Veía mi vida mientras veía la suya. Mis papás y yo en las carreteras recorriendo México, mi escuela, mis empalagosas maestras con lentes, mis rodillas siempre raspadas y mis brazos siempre moteados por moretones, mi primaria, mis gatos, mis alergias, el nacimiento de mi hermana, el de mi hermano, la traumática crisis económica en mi casa que causó la separación de mis padres, mis difuntos familiares, las personas que me marcaron, las primeras mariposas en el estómago, las más recientes, mis libros, mis pasiones y mis miedos. Nos veía leyendo con 7 años libros de dinosaurios; ya éramos todos unos lectores, al menos así nos sentíamos.
“Pásame el algodón”, la acelerada voz del paramédico me despertó. Luces blancas, papeles, preguntas, sus papás, los de ella, abrazos, pero las lágrimas ahí seguían, sin salir, sólo esperando; y escogieron el momento trágicamente perfecto: mi madre entró por la puerta y volví a 1998, lloré como si de eso dependiera mi vida de nuevo.
Los días pasaron, la vida también. Ya no estaba, ya no más. Una semana de esperanza, unos minutos de silencio y la tristeza aquí sigue. Aunque la vida pasa, corre y no se detiene por nada ni nadie y justo cuando el hoyo estaba más negro Inglaterra amplió mi mente y mis horizontes.
Así es señores, Inglaterra. ¡12 horas de vuelo! El trasero entumido valió la pena. El frío, ¡el rollo para encontrar nuestras habitaciones! El horario, las horas de comida, los asaltos de frutas y pan en el comedor, las presentaciones, los acentillos, las nuevas amistades, la emoción de ver un paisaje tan rico con las pupilas dilatadas, sentir el frío con cada una de tus pestañas hasta ya no sentir ni los dedos de los pies. Escuchar una y otra vez ésa canción y saber que en 10 años al volver a escuchar ésa canción recordarás ése momento.
Horsham, Brighton, el metro, Oxford, Oxford Street, el tren, todo tan limpio, tan pulcro. Música en cada esquina, frío en todos lados. Lo difícil ahí era encontrar algo feo. Incluso alguna persona fea.
Todo era como en las películas, con las casas rústicas, los árboles altos y grisáceos. Era como vivir una escena de Harry Potter. Pero en cuanto te acostumbras a algo se acaba. Adiós calefacción en el cuarto de 8, adiós acento británico, adiós caminatas en la noche para llegar al edificio de nuestras habitaciones, adiós comida a las 12:30 de la tarde con agua simple y papas (eso nunca faltaba), hola de nuevo avión, hola de nuevo México.

Todo lo que vives te marca y tiene cierta reacción: Teoría del Caos. Todo lo que vivimos nos moldea, a veces muy suave, a veces con púas, pero gracias a eso, a ésos pequeños o grandes baches, somos lo que somos. Reaccionamos como reaccionamos. Con Dios o sin él, hay un por qué de las cosas y éste es el mío.

Ahora terminamos secundaria. Qué nervios. Tres años de lágrimas, risas, peleas, muertes. Éstos tres años los recordaré, es maldición. Mis papás se separan, mis hermanos lo sufren, la economía cae, se restaura, mi familia materna se desintegra, la paterna se aleja, ¿amigos? ¿Qué es eso?, hipocresía, mentiras, abandonos. Nuevo año, nuevas cosas, nuevos sentimientos, el amor. Oh, maldito amor, carajo; ésa cosa que te mata para revivirte, ésa sensación de ver a alguien a los ojos y saber que siente lo mismo por ti. Y el último año, ¿qué puedo decir? Extraño a Alan, como a nadie pero, gracias a la lectura y una que otra cosilla, sé que nada es bueno o malo, sólo es la perspectiva y cómo te afecta a ti como individuo. Crecí, maduré aún más, sigo siendo la pieza que resalta o no entra en el rompecabezas.  Me enamoré. De nuevo. “Caer y levantarte”, debería de ser un propósito en la lista de Año Nuevo.

Éste es mí porqué.

miércoles, 8 de mayo de 2013

” Hay chavos que tienen un concepto de su mujer ideal, la cual, carece de intelecto; pero tiene proporciones en su cuerpo que compensan la falta de sesos.

Y luego estoy yo y otros más, los cuáles pensamos que el físico no se compara con la primera sonrisa, los que jamás hemos pensado en “Cómo quiero que tenga el cuerpo mi chica ideal”.

Durante los siguientes meses, me di cuenta que las respuestas llegan por arte de magia. Te veía y era justo así: “That body. It seems so perfect to me. I could kiss it from head to feet.”

Una muchachita muy vivida.

“Es una muchachita muy vivida” dicen ellas, las mamás de ellos. “Es una muchachita muy vivida” piensan los profesores.
“Es una muchachita muy vivida” hablan las mujeres.
“Es una muchachita muy vivida” opinan ellos.
“Es una muchachita muy vivida” pero ¿qué creen? YO NO PEDÍ SERLO.
No pedí madurar tan fríamente y tan rápido. No pedí perder la fe en todo lo que puede mantenter al humano en pie. No pedí perder a nadie, ¡no lo pedí! Y sí, lloro; y sí, fumaba; y sí; tengo criterio propio y argumentos suficientes como para mentener conversaciones y debates con personas que revasan mi edad muy notoriamente ¡¿Y?!
No le venderé nada a su hijo, ni lo convenceré de ser como yo. No debería estar mal visto tener nuevas ideas y la falta de temor para expresarlas y defenderlas. No por ser así soy una zorra, ¡primero sepan insultos que valgan la pena! Después tal vez su palabra tenga algún sentido.
Soy la perra de la que tu mamá te advirtió te cuidaras. Soy la voz que alguna vez fue una Revolución. Soy el momento que te incomoda, la historia que te quita el sueño. Soy la pérdida, la miseria, el orgullo, la tristeza.
SOY OTRO MALDITO SER HUMANO, no otra muchachita muy vivida.

domingo, 21 de abril de 2013

¿Y ahora qué, eh?

¿Y ahora qué?
Aquél perro negro se me acercó de nuevo. Ahora sin él, ahora sin estar sentada, ahora sin estar diciendo nada pero diciéndolo todo.
¿Y ahora qué?
Cosas sencillas me hacen sonreír. Volvió mi carisma, volvió mi risa.
¿Y ahora qué?
Paso mis viernes con mi madre y mis hermanos en un McDonald's.
¿Y ahora qué, eh?
¿Me bajaré de nuevo una estación antes que es la misma en donde vives? ¿Volveré a entrar a aquel parque y me detendré al escuchar que el modo aleatorio volvió a poner nuestra canción después de un mes de no hacerlo? ¿Se me volverá  a enchinar la piel? ¿Una lágrima se me volverá a salir al ver que nuestro parque jamás volverá a ser nuestro? ¿Volveré a ver la mirada del señor de la cafetería que gritaba "¿por qué vienes sola?"? ¿Volveré a pedir un café de menta?

 ¿Y ahora qué, eh?
La pregunta de todos los días. De los días sin ti que son mejores sin ti y a la vez no.
Que estoy mejor sin ti, que no quiero aceptarlo, pero sí. Aunque yo me sienta sola y aún duerma a escondidas con el collar que selló nuestro amor, como escondiéndome de alguien, que ése alguien soy yo.
¿Y ahora qué, eh?
Con tantas metas, con tantos sueños. No recuerdo la última vez que alguien me llamó "mejor amiga" o que me hizo sentir como tal.
No recuerdo. No pienso. Deberían de ser mis primeros dos deseos en la lista de deseos de Año Nuevo.
¿Y ahora qué, eh?

lunes, 4 de febrero de 2013

Ésta ciudad que es aquella y aquella que es ésta, donde los grandes sacos de historias llevan audífonos ignorando las lágrimas de las nubes por la ignorancia del ser, es en donde los sueños mueren como flores sin agua, donde las esperanzas crecen como la inutilidad de los humanos gracias a la tecnología. Éste tazón de mierda es en donde una mujer que no es una dama y una dama que no es una mujer es más valorada que alguna chica de cabello corto que ha vivido en más de 4 países, ha sido más de 7 personas y no ha salido de su país sólo porque no usa escotadas blusas o lindos zapatos rosas. Así es señores. Porque así es esto. Queridos míos no importa que tengas inteligencia, si no tienes un buen físico el intelectuo no es tomado en cuenta.

martes, 29 de enero de 2013

No se puede describir algo que no se siente, o que se siente tanto que ni siquiera la rosa más linda, la prosa más poética, la canción mejor cantada o el beso más romántico se acercaría a la descripción del sentimiento.
Frases clichés, chocolates en forma de corazón, imágenes, películas y una lista interminable de formas de querer describir el amor que son erróneas. Porque cuando es amor de verdad, duele como el carajo, lloras un mar y las peleas te rompen hasta dejarte de rodillas en el suelo.
Pero eso que duele te fortalece, eso que lloras lo nadas para llegar con esa persona, eso que te deja de rodillas en el suelo es lo que después te levanta y te deja fuera de órbita.
Amor sin dolor sería como una obra de Shakespeare sin muertes.
Amor sin lágrimas sería como un libro sin letras.
Amor sin celos sería como una televisión sin conexión a la corriente.
Amor sin ti no sería ni una palabra.
Porque lo que yo siento por ti es más todo eso. Tú significas más para mí que lo que una biblioteca antigua a un lector, lo que un pincel a un pintor, lo que una madre para un bebé. Eres más que eso. Eres algo para mí por lo que las palabras se pelean por describir aunque jamás lo lograrán.
Ése sentimiento por ti sería mi gasolina si fuera coche.
Te amo. Te amo sin estereotipos. Te amo sin intención de lastimarte. Te amo con el hipotálamo. Te amo con cada maldita parte de mí.
Porque el amor sin ti, para mí no serían ni letras.

Perdona a éste escritor en proceso que sólo encuentra el valor detrás de estas letras que terminan siendo inútiles para describir con exactitud lo que significas para mí.