sábado, 29 de junio de 2013

Me viste a los ojos y suspiraste "te extrañé tanto"...

Te vi. ¡Te pude ver de nuevo! Después del tiempo y la distancia.... Y corrimos los dos con lágrimas en los ojos, nos abrazamos tan fuerte que pude sentir tu alma conectándose de nuevo con la mía. 
El mundo se detuvo. Todo estaba en silencio y entonces te vi a los ojos con una mirada tan profunda que creo que pude ver lo que tú veías a través de ti. Fue cuando posaste tu áspera mano en mi sudoroso cuello por la emoción, me viste a los ojos y suspiraste "te extrañé tanto" y mis ojos pasaron de desierto a océano en segundos, mis mejillas eran como grandes ríos; el mundo se volvió a parar y entonces brillo salió de nosotros, tomaste más fuerte mi cuello con tus dos manos y tu cara se fue acercando a la mía con la mirada en mis rosas labios... Te acercaste y más y más y más y de pronto desperté y caí en la cuenta de que sólo estaba soñando. Me limpié las lágrimas, me tapé con las cobijas y me volteé con la intención de ya no soñar más. 

La verdad es que también...

Y la verdad es que también río. La verdad es que no soy tan gorda como hago creer, la verdad es que sí tengo amigos, pero siempre me siento muy sola debajo de las cobijas en mi cama en las tardes del Domingo; la verdad es que también suelo salir en las tardes a plazear, también convivo con mi papá y creo que también lo quiero. La verdad es que también veo la televisión, la verdad también me río de cualquier cosa si estoy con alguien que me de confianza; la verdad es que no sólo soy la coraza de afuera de la que los demás huyen al verla. Soy más que eso, soy un mundo de color y emoción como cualquier otro adolescente, la diferencia es que yo he vivido cosas que a cualquiera que las haya vivido los marcaría. 


La verdad es que también amo cuando soy cursi y veo sus ojos brillando de la emoción, la verdad es que a veces me gusta recordarle a las personas lo que valen para mí porque siento que en cualquier momento se esfumarán en el aire. 
La verdad es que también soy otro humano insignificante como de los que tanto me quejo.