martes, 30 de julio de 2013

Yo una vez lloré que "sí, por favor".

Yo una vez lloré. "Entonces tendré que estar detrás de ti en los estudios y de la mesa no te levantarás hasta que la tarea echa esté", amenazó. Una vez lloré que "sí, por favor".
 La maestra de mis dos hermanos se enteró, que los cuidaba lamentó. 
Ella gritó y se enfadó. "Mentira. Ésa no es la razón por la cual no entrega tareas. Nunca has sido responsable y tal vez nunca lo seas" y su reflexión llenó el aire de decepción. 
Yo una vez lloré que "sí, por favor", las lágrimas sabían a sal de éxito. 
La mentira, la credibilidad con la que mi palabras salieron... Si no fuera responsable - pensaba yo - no hubiera sido capaz de planearlo todo también.
Yo una vez lloré que "sí, por favor", pero la mentira y consecuencia jamás pasó de palabras. Después ya no lloré y la atención de ella jamás obtuve, con un "de mí constará que estudiarás" ella se creyó e irresponsable me quedé yo.

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