El mundo se detuvo. Todo estaba en silencio y entonces te vi a los ojos con una mirada tan profunda que creo que pude ver lo que tú veías a través de ti. Fue cuando posaste tu áspera mano en mi sudoroso cuello por la emoción, me viste a los ojos y suspiraste "te extrañé tanto" y mis ojos pasaron de desierto a océano en segundos, mis mejillas eran como grandes ríos; el mundo se volvió a parar y entonces brillo salió de nosotros, tomaste más fuerte mi cuello con tus dos manos y tu cara se fue acercando a la mía con la mirada en mis rosas labios... Te acercaste y más y más y más y de pronto desperté y caí en la cuenta de que sólo estaba soñando. Me limpié las lágrimas, me tapé con las cobijas y me volteé con la intención de ya no soñar más.
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